LA MISIÓN DE LA IGLESIA
La Biblia es clara respecto de la misión de la iglesia universal. No es compleja; en realidad es bastante sencilla. Jesús dijo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19-20).
Jesús añadió otra dimensión al servicio a Dios: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39).
El gran mandamiento y la gran comisión deben ser la misión y el mensaje de toda iglesia. Hacer que la declaración de la misión y del mensaje de la iglesia sea algo sencillo, no es tarea fácil. Hay una diferencia entre lo sencillo y lo fácil. Lo sencillo es básico, sin complicaciones, y fundamental. Lo fácil es algo sin esfuerzo. Me gusta la manera en que Thom Rainer y Eric Geiger lo expresan en Iglesia sencilla: “El ministerio nunca será fácil. Es complicado y difícil, porque la gente es complicada y difícil”.3
Los líderes religiosos de la época de Jesús habían hecho que los servicios religiosos fuesen complicados. Jesús simplificó dramáticamente la misión de la iglesia. Él tomó los 613 mandamientos de la Ley y los redujo a dos – no aboliendo la ley, sino capturando el espíritu de la Ley en dos declaraciones. Pero simplificar el proceso puede llevar tiempo.
LAS FUNCIONES DE LA IGLESIA
Ir tras un proceso sencillo de vida de la iglesia no es una indicación de que el poder divino sea innecesario. T.S. Eliot escribió acerca de los desafíos y del potencial de la iglesia en su poema, “La Roca”:
Y la Iglesia debe estar por siempre construyendo,
Y siempre decayendo,
Y siempre siendo restaurada.
En su libro La Iglesia estadounidense en crisis, David Olson escribió que en el poema de Eliot, “siempre decayendo”, indica que toda entidad orgánica mengua y decae con el tiempo. “Siempre construyendo” describe el modelo de las iniciativas creativas que promueven la vida y la vitalidad. “Siempre siendo restaurada” describe un acto espiritual y sobrenatural de Dios. La restauración ocurre cuando Dios obra por medio del poder del evangelio y el movimiento del Espíritu Santo, insuflando nueva vida en su iglesia”.4
Después del día de Pentecostés y de la formación de la iglesia primitiva, Dios nos dice exactamente lo que debieran ser las funciones o propósitos de la iglesia: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:42-47).
De esos versículos provienen cinco funciones que la iglesia debe cumplir:
Adoración Hechos 2:47
Ministerio Hechos 2:45
Evangelismo Hechos 2:41
Fraternidad Hechos 2:46
Discipulado Hechos 2:42
James Emery White, dijo: “Estas cinco actividades . . . constituyen el negocio, o propósito, de la iglesia. Es como se ve una comunidad que funciona bíblicamente. Es lo que la iglesia hace”.5
EL PROCESO DE HECHOS 2
Una vez que las funciones bíblicas de la iglesia se identifican, la iglesia debe poner en función un proceso que asegure que se mantiene un equilibrio saludable. Rainer dijo: “Aun cuando Dios nunca cambia, Él ha escogido operar por medio de un proceso divino … Dios decidió crear el Universo mediante un proceso secuencial y ordenado. Él también diseñó la maduración de su Creación, incluyendo al hombre, que ocurriría en el proceso”.6
El proceso de Hechos 2 de la vida de la iglesia es la implementación de las funciones de la iglesia de Hechos 2. Se crea una jornada intencional para cada iglesia, en forma independiente de su tamaño. Hay cinco pasos en el proceso: adoración, conexión, crecimiento, servicio, y marcha.
ADORACIÓN
Fundamental en el proceso total es la adoración. Dios debe ser el centro de atención en toda iglesia. Él debe ser la más alta prioridad en la iglesia. La percepción que una iglesia tiene de Dios determinará la manera en que enfrente cualquier otra actividad en la vida de la iglesia.
La iglesia y sus miembros deben creer y practicar la palabra de Dios. Ellos deben apreciar la manifestación de su presencia. Sus hijos deben estar creciendo en la gracia. Ellos necesitan buscar su voluntad.
Jesús dijo: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo 4:10).
Algunos consideran que la adoración es solo el tiempo asignado para cantar. La adoración es mucho más que eso. La adoración es ver a Dios en la debida forma y expresar nuestro amor por Él.
Las expresiones de adoración incluyen:
Canto Efesios 5:19
Consagración Romanos 12:1,2
Oración Salmo 95:6
Oír la Palabra Juan 17:17
Ofrendar 1 Corintios 16:1,2
Bautismo Romanos 6:3,4
Meditación Habacuc 2:20
Comunión 1 Corintios 11:23-26
CONEXIÓN
Las cinco necesidades más grandes de la personalidad humana son: significado, apoyo, estabilidad, estimulación, y auto-expresión. La conexión con una familia de iglesia es lo que satisface estas necesidades de la mejor manera. Dios nos ha diseñado para estar conectados.
Necesitamos algo en lo cual creer, algún lugar al cual pertenecer, una manera de comportarnos, y algo que queremos llegar a ser. Sin importar la manera en que establezcamos nuestras prioridades, todo esto es necesario. Todos necesitamos conectarnos a Jesús y a nuestros semejantes.
Nuestra conexión a los demás por medio de las relaciones crea oportunidades para el evangelismo, la fraternidad, y el ministerio. De este modo se cumplen tres de las funciones de la iglesia como están delineadas en Hechos 2.
La mayoría de las personas que comienza a asistir a una iglesia y luego deja de hacerlo es porque no se sienten deseados. Con frecuencia no pueden llegar a conectarse, aun cuando la iglesia a la que han asistido declara ser la iglesia más amistosa de la ciudad. No se trata de la amistad que existe entre los que ya están en la iglesia, sino de la facilidad con que los recién llegados pueden hacerse de amigos.
Los que están buscando un lugar para adorar preguntan: “¿Puedo encontrar nuevos amigos aquí? ¿Encontraré cabida? ¿Necesita de mí esta iglesia?”
Las iglesias pueden facilitar las relaciones de conexión por medio de una atmósfera cordial y amistosa, de un seguimiento y asimilación eficaces; de incidencias de introducción y clases, y de pequeños grupos y escuela dominical.
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