lunes, 10 de mayo de 2010
Estoy contigo, siempre…
Estoy trabajando en ti, aunque desconozcas mis senderos. Estoy trabajando, aunque no reconozcas Mis obras. No soy una visión extraña. No soy un misterio. Sólo en el silencio absoluto, más allá del “yo” que aparentas ser, puedes conocerme, y entonces sólo como un sentimiento y como fe.
Sin embargo, estoy aquí contigo. Sin embargo, te oigo. Sin embargo te contesto. Cuando me necesitas, estoy contigo. Aunque me niegues, estoy contigo. En los momentos en que más solo crees encontrarte, Yo estoy contigo. Aún en tus temores, estoy contigo. Aún en tu dolor, estoy contigo. Estoy contigo cuando oras y cuando no oras. Estoy en ti, y tú estás en Mí. Sólo en tu mente puedes sentirte separado de Mí, pues sólo en tu mente están las brumas de “lo tuyo” y “lo Mío”. Sin embargo, tan sólo con tu mente, puedes conocerme y sentirme.
Vacía tu corazón de temores ignorantes. Cuando quites el “yo” de en medio, estoy contigo. De ti mismo no puedes hacer nada, pero Yo todo lo puedo. Yo estoy en todo. Aunque no puedas ver el bien, el bien está allí, pues Yo estoy allí. Estoy allí. Sólo en Mí, tiene el mundo significado. Sólo en Mí, toma el mundo forma. Sólo en Mí, el mundo sigue adelante. Soy la ley en la cual descansa el movimiento de las estrellas y el crecimiento de toda célula viva. Soy el amor que es cumplimiento de la ley. Soy seguridad, Soy paz. Soy unificación. Soy la ley por la cual vives. Soy el amor en que puedes confiar. Soy tu seguridad. Soy tu paz. Soy uno contigo. Yo Soy. Aunque falles en encontrarme. Yo nunca dejo de encontrarte. Aunque tu fe en Mí es insegura, Mi fe en ti nunca flaquea. Porque te conozco, porque te amo, mi bien amado, estoy contigo. Dios.
“Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera,
Porque en ti ha confiado” Isaías 26:3
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