Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis (Mateo 7:16-20).
Reflexión: Muchas veces no asimilamos que las acciones son más valiosas que las palabras, y que por consiguiente con nuestro ejemplo podemos hacer que nuestro mensaje cobre confiabilidad y mucha más fuerza. A través de este texto en Efesios 5:1-2 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”, las escrituras nos invitan a ser imitadores de Dios, pero dando el ejemplo y siendo una prueba de su poder de transformación con nuestras obras y acciones, y es que sin importar lo bien que prediques o que vayas todos los días a la iglesia, lo que realmente interesa es quién eres como persona y lo que dice tu testimonio. Aunque las obras no nos llevan a la salvación porque esta solo se obtiene por la gracia de Dios, que nos fue dada por medio de Jesucristo cuando este murió y resucitó por amor a cada uno de nosotros, sin embargo, las obras hablan sobre nuestro testimonio como cristianos, ellas muestran que el amor y la compasión de Dios están implantados en nuestras vidas. En la medida que tengamos la mente de Cristo, nos preocupamos por ser un buen árbol que dé buenos frutos, esto viene como resultado de nuestra conexión con Dios, mientras más conectados estamos con Él mejores frutos daremos. Hoy más que nunca es necesario tener presente lo importante que es transitar por el camino del buen ejemplo, cada uno de nosotros debe ser consciente de sus comportamientos, y la manera en la que nuestras acciones son el reflejo de lo que tenemos de Dios. Recuerda que un verdadero hijo de Dios se preocupa por imitar a su Padre en todos los aspectos, donde las acciones valen más que lo que podamos decir con palabras. Tu mejor carta de presentación es tu testimonio, el cual habla de ti sin tener que decir nada, este dejará saber qué tipo de personas eres.
Paz y Gracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario