viernes, 18 de diciembre de 2009
LA SOPA DE PIEDRA
Un hobre correctamente vestido le pedia algo de comer a la mujer. Lo siento -dijo ella-, pero ahora mismo no tengo nada en casa. No se preocupe, dijo amablemente el extraño, tengo una piedra de sopa en mi mochila. Si usted me permitiera echarla en una olla de agua hirviendo yo haria la mas exquisita sopa del mundo. Consiga una olla muy grande por favor. A la mujer le picó la curiosidad, puso la olla al fuego y fue a contar el secreto de la piedra a sus vecinas.
Cuando el agua rompio a hervir, todo el vencidario se habia reunido alli para ver a aquel extraño y su piedra de sopa.
El extraño dejo caer la piedra en el agua, lugo probo una cuchara con verdadera delectación y exclamo: ¡Deliciosa! Lo unico que necesita es una cuantas papas.
-¡Yo tengo unas papas en mi cocina! grito una mujer. Y en pocos minutos estaba de regreso cn una gran fuente de papas peladas que fueron derecho a la sopa.
El extraño volvió a probar el brebaje: ¡Excelente! dijo y añadio pensativamente:
-Si tuvieramos un poco de carne, haríamos un cocido mas apetitosamente.
Otra ama ds casa salió zumbando y regresó con con un pedaso de carne que el extraño tras aceptarlo cortésmente introdujo en el puchero. Volvio a probar el caldo, puso los ojos en blanco y dijo:
-¡Ah que sabroso! Si tuvieramos unas cuantas verduras, seria perfecto, absolutamente perfecto....Unas de las vecinas fue corriendo hasta su casa y volvio con una cesta llena de cebollas y zanahorias; despues de introducir las verduras en el puchero, el extraño probó nuevamente la sopa y con ono autoritario dijo:
-La sal. Aqui la tiene, le dijo la dueña de a casa. A continuación dijo otra orden: ¡Platos para todo el mundo!
La gente se apresuro a ir a sus casas en busca de platos. Algunos regresaron trayendo incluso pan y frutas. Luego se sentaron todos a disfrutar de la explendida comida, mientras el extraño repartia abundantes raciones de su increible sopa. Todos se sentian extrñadamente felices mientras reian, charlaban y compartian por priemra vez su comida.
En medio del alborozo, el extraño se escabulló silenciosamente, dejando tras e si la milagrosa piedra de sopa, que ellos podrian usar siempre que quisieran hacer la mas deliciosa sopa del mundo.
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