El amor que me refiero, no es una emoción sentimental sino la manifestación de la totalidad de nuestro ser para beneficio y ayuda de otros. Amor, como lo usamos aquí, se refiere a una actitud mental, a un acto de la voluntad. No es el ejercicio de nuestras emociones.
Ágape es el amor que procede de Dios. La palabra ágape esencialmente una palabra cristiana, que esta rodeada de una aureola de gloria que Dios le ha concedido. El la uso para expresar su propia actitud hacia todos los hombres y mujeres.
Una acción desmedida, continua, como la experimentamos como cuando nos nace un hijo o cuando nos casamos o cuando se obtiene la victoria en le campo atlético, nos destruiría. La psique, tanto como el cuerpo, no podría soportarlo. El verdadero amor, aunque a menudo incluye esta clase de emoción, sobrepasa en mucho el éxtasis temporal.
El verdadero amor involucra la totalidad de nuestro ser. Dios, y solamente el, lo expresa perfectamente. El se dio todo. El hombre en la cruz del medio era Dios. En vida, Jesús lo expreso al decir, "Estoy entre vosotros como uno que sirve." En la muerte, lo expreso al decir: "Nadie me quita la vida, yo la pongo de mi mismo".
El amor a que nos referimos incluye una insuperable consideración ,caridad, benevolencia. No importa lo que cualquiera haga para humillar, abusar o injuriar; el líder que imita a Cristo procura para esa persona lo mejor. Ciertamente, sin esta clase de amor, el liderazgo no pasara la prueba fundamental: permanencia.
El amor se relaciona con las verdaderas necesidades. El amor no pierde el tiempo con necesidades que no son reales. El líder sabe cuales son las verdaderas necesidades del grupo porque ama a las personas de su grupo. Su amor es autentico, no una imitación egoísta.
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